lunes, 12 de enero de 2009


Una sonrisa teñida de lágrimas
El corazón henchido en sus añicos
Un renacer de la vida
Regalo de una muerte repentina
Esa contradicción dulce y amarga
Que te recuerda que es hermoso
Vivir cada día plenamente
Comerte cada día el mundo
Con todos sus aderezos


He vuelto a descubrir el milagro
He redescubierto el amor
He descubierto de nuevo
El alma de las cosas más pequeñas
Que son las más enormes
Las más amargas, más bellas
Y hoy tras días de tormenta
El sol de mi pecho se ha encendido
Para devolverme el candor

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